Por Federico Cabrera
SANTO DOMINGO, REP. DOM. Desde su regreso de Europa, el joven Juan Pablo Duarte se mantenía muy atento al acontecer político cotidiano de Haití, el cual repercutía en la antigua colonia española de Santo Domingo, que era gobernada por el presidente haitiano Jean Pierre Boyer a través de un gobernador militar.
Tan pronto se enteró del Manifiesto de Praslin, en Los Cayos, Haití, y del inicio formal de la revuelta contra la larga dictadura de Boyer, el joven Juan Pablo Duarte consideró oportuna la coyuntura para acelerar los aprestos de independencia en la parte oriental, donde se proponía crear una república que fuera libre de Haití y de cualquier otra nación.
Con este fin, Duarte envió a Juan Nepomuceno Ravelo a establecer contacto con los líderes rebeldes haitianos, pero, al este no hablar el idioma criollo haitiano, no pudo lograr el objetivo.
Posteriormente, Duarte envió a Ramón Matías Mella, que sí hablaba el idioma popular haitiano, y logró hacer la conexión deseada con los líderes del movimiento “La Reforma”, que dio al traste con el gobierno de Boyer.
Se dice que fue así como surgió la alianza entre Duarte y los “reformistas” haitianos, quienes en Santo Domingo tuvieron como cabeza más visible al general Henri Etienne Desgrotte, quien Luego sería designado gobernador.
DERROCAMIENTO DE ALEXIS CARRIÉ
Al caer la dictadura de Boyer, el 13 de marzo de 1843, Duarte y Desgrotte demandaron la rendición del entonces gobernador haitiano de Santo Domingo, Alexis Carrié (quinto abuelo materno de Rafael Leónidas Trujillo Molina), pero este opuso resistencia, por lo que los “reformistas” y los “trinitarios” decidieron atacar la Fortaleza Ozama, principal bastión de la guarnición haitiana, produciéndose un encuentro con las fuerzas del general Carrié.
Esto ocurrió el 24 de marzo de 1843 en lo que ahora es el Parque Colón, contiguo a la Catedral Primada de América.
Al no lograr vencer a los boyeristas, Duarte fue a San Cristóbal, donde, con el coronel Esteban Roca, miembro de su movimiento independentista, logró organizar una fuerza de 3 mil hombres para atacar la capital.
Al enterarse de que el ataque era inminente, y al no poder impedirlo, el general Carrié decidió rendirse y salir luego hacia la isla de Curazao.
El 29 de marzo de 1843, Duarte y Desgrotte entraron triunfantes a la ciudad de Santo Domingo, quedando robustecida la alianza entre “reformistas” y “trinitarios”, hecho que tendría gran repercusión en el futuro inmediato de Santo Domingo.
Muchos analistas coinciden en afirmar que este hecho motivó que los dominicanos perdieran el miedo a las consecuencias de la rebelión contra el gobierno haitiano y se convencieran de las posibilidades de éxito del movimiento independentista que encabezaba Juan Pablo Duarte.