Por David R. Lorenzo
Me hubiese gustado que los miles de seguidores que participaron este miércoles en la manifestación “salvaje” en apoyo al presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y que ocuparon por la fuerza el Congreso, lo hubiesen declarado y juramentado como presidente reelecto de ese país, y declarado fraudulenta a las elecciones presidenciales del pasado 3 de noviembre, como sucedió en Venezuela y con el diputado Juan Guaidó.
Los Estados Unidos están acostumbrados a reconocer presidentes ilegítimos, que ni siquiera han sido candidatos presidenciales, por lo que no estaría mal que en ese país, se proclamen a dos presidentes.
En el caso de Guaidó, lo han reconocido casi todos los países de América Latina y una gran parte de Europa y otros continentes. Así que, como para darles a los estadounidenses un poco de su propia medicina, no les caería mal una lección, de que tengan a dos presidentes, y que incluso, los países que se opongan a Joe Biden, aprueben bloqueos, acusaciones de narcotráficos y pedidos de extradiciones a la dirigencia del Partido Democrática, por “perpetrar un fraude electoral”.
También, que les embarguen sus cuentas, ocupen sus embajadas, les incauten sus buques petroleros y hasta los amenacen con hacerles unas “guerritas”.
Creo que como no se produjo este miércoles esa proclamación y juramentación, todavía hay tiempo de que senadores y diputados que siguen a Trump, lo juramenten en un parque cualquiera, para que así los gringos entren en la moda de tener dos presidentes, uno “usurpador” que gobierne en la Casa Blanca, que sería Biden, y otro “legítimo”, que sería Trump, pero que lo haga desde las calles. Sería algo muy interesante. No sé que creen ustedes.