SANCHEZ RAMIREZ, 29 DE MARZO 2024.- La madre de la joven asesinada en Cotuí por una amiga, con quien al parecer tenía una relación lésbica, dijo que su hija “Fue apuñalada sin piedad».
Yenny Hilario agregó que su hija, “Una niña de 18 años, la asesinaron como si ella hubiese matado a una gente”.
Exclamó que “para lo que yo he escuchado, era una ex; mi hija decidió dejar esa vida de lesbianismo pero la muchacha no estaba resignada y decidió quitarle la vida a mi hija de 18 años, que estaba comenzando a vivir… Mi niña era estudiante, una niña de su hogar, tranquila para merecer esa muerte así”.
La mujer exige justicia por la muerte de su hija Yennely Andreina Hilario Sosa, de 18 años de edad, quien presenta más de 15 heridas en diferentes partes del cuerpo.
Yannely había salido el martes alrededor de las siete de la noche y su cuerpo fue encontrado al otro día. Según el reporte policial, la presunta homicida habría comprado gasolina para quemar el cuerpo de la víctima.
La autora del crimen
Ammy Hiraldo Peña, confesa autora de la muerte de la joven Yennely Andreyna Duarte Hilario, de 18 años, habría utilizado amoniaco, una toalla y arma blanca para cometer el crimen, según informó la Policía.
Hiraldo Peña, de 21 años, fue captada en video por las cámaras de seguridad de establecimientos comerciales, realizando la compra del referido producto químico, con la presunta intención de dormir a la víctima y posteriormente quitarle la vida.
La Policía explicó que Hiraldo Peña se entregó de manera voluntaria a través de un tío de ella, horas después de haber cometido el crimen en el distrito municipal de Quita Sueño.
El cadáver de la joven Duarte Hilario fue encontrado en una finca del distrito municipal de Quita Sueño, en Cotuí, con múltiples heridas cortopunzantes.
La Policía dijo que Hiraldo Peña, al ser cuestionada sobre el crimen, admitió su responsabilidad y dijo que lo hizo por motivos pasionales.
Durante la fase preliminar, los investigadores observaron que el cuerpo de Yennely (occisa) presenta heridas en las palmas de las manos y la planta de los pies, evidenciando que infructuosamente trató de protegerse de los ataques cortopunzantes recibidos.
