WASHINGTON, ESTADOS UNIDOS. El nuevo presidente, el demócrata Joe Biden, quiere volver a unir el país, Pero los cuatro años de Donald Trump en el poder dieron legitimidad a facciones de extrema derecha.
El fin del ‘trumpismo’ no hará desaparecer a los Proud Boys, Oath Keepers o Boogaloo Bois, considerados como terroristas domésticos. Al contrario: expertos temen que, bajo las acusaciones de Trump, los extremistas puedan seguir recurriendo a las armas.
El asalto al Capitolio de Estados Unidos entre personas disfrazadas y abanderados de las teorías de la conspiración más extremas, fue visto en el mundo con incredulidad e incluso con cierta burla. Sin embargo, bajo la apariencia de espontaneidad, detrás de esa jornada grotesca se encuentra un viejo conocido de la historia: la extrema derecha.
Pese a ser menos uniforme que el viejo fascismo, cuenta con personas que se sienten amenazadas por la pérdida de hegemonía y privilegios. De ahí que la mayoría de sus integrantes compartan una característica: son hombres blancos.
Que la anécdota no nuble la realidad: bajo los cuernos de vikingo o las camisetas freaks hay un peligroso movimiento que ha ganado protagonismo durante los años de Gobierno del republicano Donald Trump, y analistas y expertos aseguran que no va a desaparecer, pese a la victoria del demócrata Joe Biden.
Para no relativizar el peligro que entraña la extrema derecha en Estados Unidos, basta darle una vistazo a los datos. Uno de los lugares de propagación de ideas conspirativas y extremistas es la aplicación de mensajería Telegram.
Un análisis de ‘Daily Beast’ sobre 20 canales líderes, que forman parte de la red Siege, conocida como ‘Terrorgram’, reveló que hay más de 120.000 suscriptores que reivindican, entre otras ideas, el legado de terroristas fascistas recientes, como el noruego Anders Breivik, que mató a 72 personas, o del australiano, Brenton Tarrant, que asesinó a 51 personas en dos mezquitas de Nueva Zelanda.
En estos canales, los ultraderechistas consideran que la derrota electoral de Trump desencadena una situación «sin solución política». Una encuesta de Uncensored a miembros del famoso grupo de ultraderecha Proud Boys, tras el asalto al Capitolio, preguntaba: «¿Quieres una guerra total?». Más del 77 % votó ‘Sí’.
Los más radicales celebran este viraje cada vez más evidente de Proud Boys hacia la violencia. El día antes del asalto al Capitolio, su líder, Enrique Tarrio, fue arrestado y acusado por posesión de armas y por destruir un letrero de Black Lives Matter (Las Vidas Negras Importan) en una histórica iglesia afroamericana.
Para la profesora de Derecho de la Universidad de Georgetown, Mary McCord, en los próximos meses puede continuar la «radicalización masiva». En su opinión, los extremistas blancos piensan así: si las «élites» están dispuestas a robar elecciones o inventar un virus, «¿por qué hacer política? ¿por qué no tomar las armas?»
¿Quiénes son y qué piensan estos grupos de extrema derecha?
Según el Southern Poverty Law Center (SPLC), organización dedicada a los derechos civiles, los grupos nacionalistas blancos defienden ideologías supremacistas y separatistas, y a menudo se centran en la supuesta inferioridad de las personas no blancas.
El movimiento supremacista blanco, además, se entremezcla con extremistas antigubernamentales, teóricos de la conspiración, partidarios de Donald Trump, el Ku Klux Klan, neoconfederados, neonazis e incluso integristas cristianos.
En el punto de mira de los supremacistas blancos ya no solo están los judíos y negros, sino que ahora también están musulmanes, hispanos, izquierdistas, la comunidad LGBTQ+ y todos aquellos considerados como enemigos de los blancos.
El asalto al Capitolio fue una oportunidad de ver una concentración de todos estos grupos extremistas, con banderas y simbología, desconocidas para la mayoría, pero presentes habitualmente en los círculos ultraderechistas.
Según una clasificación de la organización ACLED, que trata de entender los conflictos mediante los datos, estos grupos se dividen principalmente en tres tipologías: milicias mainstream, como los conocidos Oath Keepers; extrema derecha urbana, como los Proud Boys; y los grupos libertarios de ultraderecha descentralizados, como los Boogaloo Bois.
Proud Boys: fueron popularizados por el propio Donald Trump en la campaña electoral con la frase: «Proud Boys, den un paso atrás y manténganse preparados». Es un grupo formado exclusivamente por hombres, todos nacionalistas blancos. Fue fundado en 2016 y sus miembros fueron protagonistas de los disturbios de Charlottesville en 2017, cuando un neonazi arrolló con su coche una protesta antirracista, matando a una persona e hiriendo a más de 20. Suelen vestir con polo de la marca Fred Perry con los colores amarillo y negro.
Se describen a sí mismos como “chovinistas occidentales” y reivindican el asalto al Capitolio. Su líder, Enrique Tarrio, urgió una estrategia en la red social Parler para que sus miembros no fuesen detectados por las fuerzas de seguridad: “No usaremos nuestro tradicional negro y amarillo. Iremos de incógnito y nos expandiremos por el centro de DC en equipos más pequeños. Y quién sabe… podríamos vestirnos de NEGRO para la ocasión».
– Oath Keepers: esta milicia paramilitar fue fundada en 2009 por Stewart Rhodes, un exsoldado y graduado de la Facultad de Derecho de la Universidad de Yale. La milicia forma parte de una red nacional y se ha comprometido a iniciar una nueva guerra civil en nombre de Trump. Asociaciones civiles de monitoreo los consideran como extremistas y radicales.
Boogaloo Bois: grupo nacido en 2019, es una confederación muy unida de militares antigubernamentales. Su objetivo es intensificar el conflicto dentro de la sociedad política para acelerar la que consideran como una «inevitable segunda Guerra Civil». En su historial está la instigación de múltiples asesinatos y ataques. Por ejemplo, llegaron a planear el secuestro de la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer, y se les considera responsables del asesinato de dos agentes de la ley en California.
¿Qué teorías de la conspiración defienden estos grupos de extrema derecha?
Tras las elecciones, todos estos grupos no dudaron en sumarse a las afirmaciones de Donald Trump de que las elecciones fueron manipuladas. Además, suelen defender las teorías mundiales de que el virus del Covid-19 no existe. Pero más allá de esto, el pensamiento conspirativo es habitual entre la extrema derecha estadounidense. Unas creencias que cada vez están más presentes en la sociedad, alejándose de la marginalidad de Internet. Entre sus teorías destacan:
– Teoría QAnon: popularizada y defendida por Jacob Anthony Chansley, el vikingo del asalto al Capitolio, esta teoría está ligada a numerosos actos de violencia y complots terroristas, y cada vez tiene más adeptos en el discurso dominante del Partido Republicano.
Se trata de un movimiento de conspiración de extrema derecha que tiene como creencia que Trump lucha en secreto contra enemigos del Estado, así como contra un grupo de caníbales adoradores de Satanás que se dedican al tráfico sexual de niños. Es la última teoría de la supremacía blanca y tuvo un papel protagónico en la insurrección del 6 de enero. Desde el 2019, el FBI considera a QAnon como una amenaza terrorista doméstica. (Publicado por france24.com)