CARACAS, VENEZUELA. En respuesta a la solicitud del historiador D. José Gabriel García, a la sazón exiliado en Curazao, sobre la revisión de sus papeles a fin de ordenarlos para su útil publicación en provecho de la historia nacional , que luego sería “El Compendio de la Historia de Santo Domingo”, de su autoría y “Elementos de Geografía Física, Política e Histórica de la República Dominicana”, del presbítero Fernando Arturo de Meriño), Juan Pablo Duarte le escribe con algunas consideraciones:
«Tan luego como las circunstancias me lo permitan me ocupare seriamente en recoger apuntes y traer a la memoria los hechos pasados y tendré mucho gusto en poner a usted al corriente de todos los que nos conciernan y merezcan la atención del historiador».
Y añade, entre otros comentarios: «Sensible a la honra que acabareis de hacerme, dispensándome vuestros sufragios para la primera Magistratura del Estado, nada me será más lisonjero que saber corresponder a ella llenando el hueco de vuestras esperanzas, no por la gloria que de ello me resultaría, sino por la satisfacción de veros, cual lo deseo, libres, felices, independientes y tranquilos, y en perfecta unión y armonía llenar vuestros destinos, cumpliendo religiosamente los deberes que habéis contraído para con DIOS, para con la PATRIA, para con la LIBERTAD y para con vosotros mismos… Sed justos lo primero, si queréis ser felices.
Ese es el primer deber del hombre; y sed unidos, y así apagaréis la tea de la discordia y venceréis a vuestros enemigos, y la patria será libre y salva. Yo obtendré la mayor recompensa, la única a que aspiro, al veros libres, felices, independientes y tranquilos… La Política no es una especulación; es la Ciencia más pura y la más digna, después de la Filosofía, de ocupar las inteligencias nobles…».
Esta es la última carta, o comunicación, que se conoce del Patricio, escrita el 29 de octubre de 1869. Duarte moriría en Venezuela, el 15 de julio de 1876.