Por Federico Cabrera
“Reyes Magos” es el nombre con el que la cristiandad occidental denomina a unos extraños hombres que habrían llegado en caravana a Belén de Judea para rendirle homenaje a Jesús de Nazaret, cuando éste nació.
La palabra “mago”, proviene del persa “ma-gu-u-sha”, que en ese contexto significa sacerdote.
El término «mago» llegó al griego como “μαγός”, y se refiere a una casta de sacerdotes persas o babilonios que, en su deseo de buscar a Dios, estudiaba o analizaba el curso de las estrellas.
El Diccionario exegético del Nuevo Testamento explica que el término griego original de «mago» se deriva del nombre de una tribu que, en la religión persa, desempeñaba funciones sacerdotales y se ocupaba del estudio de la astrología.
Del griego, el término “mago” pasó al latín como “magus”, de donde llegó al español como “mago”.

LOS «MAGOS» DE LA BIBLIA
A propósito de los magos que refiere la Biblia cristiana, llama la atención que de los evangelios canónicos sólo el atribuido a Mateo habla de estos extraños hombres, sin precisar la cantidad ni sus nombres.
La Biblia tampoco dice que los «magos» eran «reyes».
“Nacido Jesús en Belén de Judea, en tiempo del rey Herodes, unos magos que venían del Oriente se presentaron en Jerusalén. Después siguieron hacia Belén, donde entraron en la casa y vieron al niño con María su madre (Mateo 2:1-11)».
Como se puede observar, este relato bíblico genera cierta confusión, pues luego de afirmar que la supuesta visita de José y María a Belén era solo para un censo, y que Jesús nació en una cueva de animales porque sus padres no encontraron posada en la aldea, ahora dice que los “magos” lo encontraron en una casa, y da la impresión de que José y María se habían quedado viviendo en Belén.
Por supuesto, a esto se agrega el hecho ya probado por los historiadores de que en la fecha que se dice que Jesús nació, hacía unos cuantos años que Herodes había muerto.