(CNN). 24 de diciembre del 2020. En un lugar apartado en el sureste de Arizona, el río San Pedro fluye hacia el norte desde México y cruza la frontera de Estados Unidos bajo un majestuoso dosel de álamos altos.
El sinuoso camino del río es una puerta de entrada para la migración y un hábitat crítico para cientos de especies animales. La Sociedad Nacional Audubon de Arizona dice que el 40% de las especies de aves en América del Norte pasan parte de sus vidas en el río San Pedro en algún momento.
Pero la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos ve al río como una puerta de entrada natural para el contrabando de drogas y la inmigración ilegal.
En los últimos días del gobierno de Trump, las cuadrillas de construcción levantan rápidamente un muro de acero de casi 10 metros de alto de estilo bolardo a lo largo del lecho del río. Por lo general, el único sonido que escuchas es el viento azotando las hojas doradas en lo alto. Al caminar hacia el lugar en estos días, el ruido de las cuadrillas de construcción toma el control.
Los ambientalistas aseguran que el trabajo altera los patrones de migración que dependen del río.
Aduanas y Protección Fronteriza indican que los proyectos del muro fronterizo han pasado por «Planes de Administración Ambiental» para analizar y minimizar el impacto ambiental en el área donde se está realizando la construcción. Y esa parte del análisis de impacto ambiental incluye estudiar cómo la vida silvestre puede verse afectada por los proyectos.
El trabajo es parte de un esfuerzo final para completar tantos kilómetros de muro fronterizo como sea posible antes de que el presidente electo Joe Biden asuma el cargo el 20 de enero.
Al 18 de diciembre, las cuadrillas de construcción habían completado 705 km de muro fronterizo desde enero de 2017, según Aduanas y Protección Fronteriza. El año pasado, el gobierno de Trump prometió completar cerca de 725 km para fines de 2020, poco más de una semana a partir de ahora. Hay 37 proyectos de construcción del muro fronterizo en marcha a lo largo de varios puntos de la frontera con México, según el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos.
En total, el gobierno de Trump ha asegurado fondos para construir hasta casi 1.190 km de muro nuevo y de reemplazo. La pregunta es qué pasará con los aproximadamente 480 km de muro fronterizo que quedan por construir.
Este verano, Biden dijo que bajo su mandato «no se construirá otro pie de muro». Brandon Judd, presidente del Consejo Nacional de la Patrulla Fronteriza, el sindicato que representa a los agentes de la patrulla fronteriza, celebra la construcción y espera que Biden termine lo que comenzó Trump.
«Tienes que asegurar la frontera para lograr la confianza y el favor del público estadounidense», dijo Judd. «Realmente espero que la administración de Biden mire esto y vea cuán efectivo ha sido y reevalúe su posición sobre el muro», agregó.
Judd también argumenta que las preocupaciones ambientales sobre el muro fronterizo son «exageradas» y que la construcción no ha causado daños ambientales.
Una amenaza para la vida silvestre
Los ambientalistas y otros activistas no podrían estar más en desacuerdo. Kate Scott, directora ejecutiva y presidenta del Centro de Vida Silvestre del Archipiélago Madrean, ve la construcción del muro como una amenaza disruptiva para la vida silvestre que depende de la migración a través de esta región desértica.
«Siento un gran dolor en mi corazón», expresó Scott. «Es como clavar una estaca en mi corazón porque el río debería poder ser, y no tener esta monstruosidad. Este muro de la vergüenza», agregó.
Scott observó cómo las cuadrillas de construcción soldaban trozos del muro fronterizo de acero que ahora se extiende a lo ancho del río San Pedro. El muro estará equipado con enormes puertas que se pueden abrir durante la temporada de monzones de verano de la región. Sólo hay unos pocos centímetros de separación entre cada bolardo de acero.
Cuando vienen las fuertes lluvias, el río puede convertirse en un rápido furioso, moviendo rápidamente los árboles caídos y los escombros naturales. Se supone que las compuertas permiten que el agua del río fluya sin dañar la construcción del muro.
El especialista en asuntos públicos de Aduanas y Protección Fronteriza John Mennell dijo que la agencia trabaja para encontrar lugares a lo largo del muro fronterizo donde se puedan crear «pequeños pasajes de vida silvestre» que «apoyen la migración de la vida silvestre, sin comprometer la seguridad fronteriza».
Cuando asuma, el gobierno de Biden enfrentará los llamados de activistas no solo para detener la construcción del muro, sino también para derribarlo, especialmente en áreas ambientalmente sensibles.
«Este (muro) tiene que irse. Tiene que irse. Esto es demasiado malo para el medio ambiente, demasiado malo para las personas que necesitan cruzar de un lado a otro», dijo Scott.