SANTO DOMINGO, REP. DOM. Un día como hoy, pero del 2 de Febrero de 1973, hacen 48 años, desembarcó por Playa Caracoles, en la bahía de Ocoa, un grupo de nueve guerrilleros comandados por el coronel Francisco Alberto Caamaño, con la intención de derrocar al gobierno de Joaquín Balaguer.
El desembarco en la Playa Caracoles fue una operación liderada por el soldado y político dominicano Francisco Caamaño que tuvo lugar el 2 de febrero de 1973 y cuyo objetivo era iniciar un frente guerrillero contra el gobierno en República Dominicana de Joaquín Balaguer.
La acción se produjo cuando el país vivía los momentos más aciagos del gobierno del presidente Joaquín Balaguer, quien llevaba ocho años en el poder.
Muchos no le dieron crédito en principio a la noticia de que el héroe de abril había llegado junto a otros ocho hombres para luchar con las armas en las manos contra el régimen.
El grupo guerrillero estaba integrado por: Francisco Alberto Caamaño Deñó (Román), Ramón Euclides Holguín Marte (Braulio), Mario Nelson Galán Durán (Juan), Claudio Caamaño Grullón (Sergio), Giordano Heberto Lallane José, Juan Ramón Payero Ulloa (Ismael), Toribio Peña Jáquez (Felipe) y Hamlet Hermann Pérez (Freddy). Tras ser capturados, Hamlet y los otros dos sobrevivientes fueron enviados al exilio.
Trece días después del desembarco el 16 de febrero, las Fuerzas Armadas anunciaron la muerte de Caamaño junto a dos de sus compañeros en el paraje Nizaíto, sección la Horma de San José de Ocoa.
El contralmirante Ramón Emilio Jiménez (hijo), Secretario de Estado de las Fuerzas Armadas, el mayor general Enríquez Pérez y Pérez y el brigadier Juan René Beauchamps Javier, mostraron el cadáver de Caamaño a un reducido grupo de periodistas que fue trasladado en helicóptero hasta el lugar donde se encontraba el cuerpo sin vida, y los de sus compañeros Heberto Lalane José y Alfredo Pérez Vargas, aunque las FFAA informaron que Caamaño había muerto en combate.
Testimonios posteriores afirmaron que Caamaño luego de ser capturado herido por tropas del Ejército Nacional que lo perseguían, fue fusilado, descuartizado y quemados sus restos. Mucho odio y demasiado temor inspiraron esa pérfida determinación gubernamental.
Informado el presidente Balaguer de su captura, le expresó al general Ramón Emilio Jiménez (hijo) que “en el país no había cárceles para un hombre como el coronel Caamaño”, dejando bien insinuado que procediera a su fusilamiento.
Los únicos que sobrevivieron fueron Toribio Peña Jáquez, Claudio Caamaño Grullón y Hamlet Hermann, quienes ya fallecieron.