SANTO DOMINGO, La Pascua, también llamada Pascua de Resurrección, Pascua Florida, Domingo de Pascua, Domingo de Resurrección o Domingo de Gloria― es la fiesta central del cristianismo, en la que se conmemora, de acuerdo con los evangelios, la resurrección de Jesucristo al tercer día después de haber sido crucificado.
La Pascua marca el final de la Semana Santa (y del triduo pascual) , en la que se conmemora la muerte y resurrección de Jesús. A la Semana Santa le sigue un período de cincuenta días llamado tiempo pascal. Al igual que el Bautismo de Jesús, marca el final de la Navidad, Pentecosté, marca el final de la Pascua.
Cuando se celebra la Resurrección de Cristo, también se celebra la propia liberación de la persona. Se celebra la derrota del pecado y de la muerte. En la Resurrección se encuentra la clave de la esperanza cristiana: si Jesús está vivo y está junto a las personas ¿Qué se puede temer?.
San Pablo dice: ‘Si Cristo no hubiera resucitado, vana seria nuestra fe’ (1 Cor 15, 14). Si Jesús no hubiera resucitado, sus palabras hubieran quedado en el aire, sus promesas hubieran quedado sin cumplirse. Pero, como Jesús sí resucitó, entonces se conoce que venció a la muerte y al pecado.
La Resurrección es fuente de profunda alegría. A partir de ella, los cristianos no pueden vivir más con caras tristes. Deben tener cara de resucitados, demostrar al mundo su alegría porque Jesús ha vencido a la muerte.
La Resurrección es una luz para los hombres y cada cristiano debe irradiar esa misma luz a todos los hombres haciéndolos partícipes de la alegría de la Resurrección por medio de sus palabras, su testimonio y su trabajo apostólico.
Con el Domingo de Resurrección comienza un Tiempo pascual, en el que se recuerda el tiempo que Jesús permaneció con los apóstoles antes de subir a los cielos, durante la fiesta de la Ascensión.