Por David R. Lorenzo
No cabe dudas que desde hace años, parece que el actual cónsul dominicano, Eligio Jáquez, viene padeciendo de algún trastorno cerebral, que afecta sus sistemas nervioso central y neuronal.
Decimos esto, porque en el año 2000, cuando era Secretario de Agricultura, en lugar de dedicarse a esas funciones, perdió su tiempo promoviendo al presidente de entonces, Hipólito Mejía, para que se lanzara a la reelección, quien a pesar de decir que era un hombre de palabras, y repetir más de mil veces que no se repostularía, sucumbió ante la insistencia de Jáquez y otros funcionarios locos, llevándolo a una aventura fallida, y a que se iniciara el proceso de destrucción del Partido Revolucionario Dominicano (PRD).
Hace una semana, Jáquez, sin que nadie se lo pidiera y sin ser ministro de Economía, propone al gobierno que sean grabadas las remesas de los dominicanos, lo que le ha valido el repudio de casi todo el mundo.
Ahora se destapa con otra propuesta aún más loca, la de que se modifique la ley electoral para escoger nada más y nada menos que senadores de ultramar, como si no fuera suficiente con los diputados que se eligen, que no sirven absolutamente para nada, y que representan un enorme gasto para el gobierno y el pueblo dominicano.
Eligio Jáquez debe dedicarse a su labor de cónsul. La periodista dominicana Zenith Díaz, radicada en Nueva York, resaltó hace unos meses que él ya realizó los que otros cónsules no han hecho, eliminar a todos los ratones del Consulado. Eso, aunque parezca un chiste, es algo asombroso, porque eliminar esa plaga en los Estados Unidos no es tarea fácil.
Por eso creo, y ojalá esté equivocado, que Eligio Jáquez tiene un problema en la azotea, que necesita urgentemente tratamiento médico.