Por Federico Cabrera
SANTO DOMINGO, REP. DOM. Una vez derrocado el presidente haitiano Jean Pierre Boyer, su sustituto, el poderoso general Charles Herard, comenzó a tomar las medidas pertinentes para asegurar el poder tanto en Haití como en Santo Domingo, territorio que estaba bajo dominio haitiano desde 1822.
Pero, mientras Charles Herard maniobraba en Puerto Príncipe, le llegaban noticias inquietantes de Santo Domingo, donde las actividades conspirativas de Juan Pablo Duarte y los «trinitarios» tomaban cada vez más fuerza.
Para tomar el pulso de la situación en la parte oriental de la isla, el presidente Herard envió a Santo Domingo, con carácter de extrema urgencia, a uno de sus hombres de más confianza, al que le dio plenos poderes para tomar las decisiones que considerase pertinentes, a los fines de garantizar que la antigua colonia española siguiera bajo la bandera de Haití.
La crucial misión recayó sobre el temido Louis Auguste Brouard, un influtente personaje haitiano muy conocido en Santo Domingo, donde tenía intereses y relaciones de diferentes naturalezas y alcances.
El presidente Herard invistió a Brouard con el rango de Lugarteniente General, lo que en Haití equivalía a General de una estrella.
Cabe destacar que Broaurd, quien luego dirigió las primeras escaramuzas militares durante la guerra de independencia, sería matado en Comendador, Elías Piña, en la memorable noche del 25 de marzo de 1845, mientras hacía un levantamiento clandestino con miras a dirigir luego un ataque sorpresa contra el histórico fuerte de Cachimán.
SORPRESA DEMOLEDORA PARA BROUARD
Retomando lo concerniente a la misión que Herard le confió a Brouard, cuenta la historia que el activo oficial haitiano se llevó una gran sorpresa al llegar a Santo Domingo, en vista de que el movimiento de los trinitarios había tomado mucha fuerza y el poder de los dominicanos, dirigidos por Duarte, era mucho mayor de lo que se pensaba en Puerto Príncipe.
Ante esta situación, Brouard envió un vehemente mensaje al presidente Herard diciéndole que era necesario que él, personalmente, viniera a Santo Domingo al frente de un poderoso ejército para poder aplastar el movimiento de los trinitarios.
En atención a la petición de Brouard, el presidente Charles Herard vino a Santo Domingo al frente de un gran contingente militar, y de inmediato emprendió un fuerte operativo en busca de Duarte y los trinitarios. Al enterarse de que el gobierno haitiano estaba ofreciendo 3 mil pesos y el rango de coronel al que lo capturaba vivo o muerto, Duarte decidió esconderse y luego logró salir al exilio, dejando a Francisco del Rosario Sánchez al frente del movimiento clandestino que culminaría con la proclamación de la independencia nacional el 27 de febrero de 1844.