La Cámara de Representantes de EE.UU. aprobó este miércoles la apertura de un nuevo juicio político contra el presidente saliente, Donald Trump, en esta ocasión bajo la acusación de «incitación a la insurrección» tras el asalto de la semana pasada al Capitolio por parte de una turba de sus seguidores, que dejó cinco muertos.
Trump se convierte así en el primer presidente en la historia de Estados Unidos en ser enjuiciado políticamente en dos ocasiones. Hasta ahora ninguno ha sido destituido de su cargo mediante este mecanismo.
Antes de la votación la presidenta de la Cámara Baja, la demócrata Nancy Pelosi, aseguró que Donald Trump «debe irse», ya que es «un peligro claro y presente» para el país.
«Sabemos que el presidente de EE.UU. incitó esta insurrección, esta rebelión armada contra nuestro país común. Debe irse. Es un peligro claro y presente para la nación que todos amamos», argumentó Pelosi.
Apoyo de algunos legisladores republicanos
Los demócratas, con mayoría en la Cámara Baja, han conseguido acusar al mandatario del cargo de «incitación a la insurrección». El voto ha salido adelante con 232 votos, ha contado con el respaldo de la bancada demócrata, y diez legisladores republicanos que se han sumado a la iniciativa entre los que se encuentran Adam Kizinger, congresista de Illinois; Liz Cheney, congresista de Wyoming; John Katko, de Nueva York; y Fred Upton, por Michigan.
El ‘impeachment’ persigue inhabilitar a Trump para futuros cargos políticos
El proceso iniciado en la Cámara Baja promete obligar al Senado a someter a Trump a un juicio político que se desarrollará cuando el presidente electo, el demócrata Joe Biden, ya esté en el poder, y que por tanto no tendrá como principal objetivo la destitución del mandatario, sino su posible inhabilitación para ejercer futuros cargos políticos.