Por Federico cabrera
En Cuba le llaman “Crisis de octubre” y en Rusia “Crisis del Caribe”, pero generalmente se le denomina “Crisis de los misiles”.
Nos estamos refiriendo al peligroso conflicto que se suscitó entre los Estados Unidos, la Unión Soviética y Cuba en octubre de 1962, a raíz del descubrimiento, por parte de Estados Unidos, de la existencia de bases de misiles nucleares de alcance medio en territorio cubano.
Se trata de uno de los momentos de mayor tensión que vivió la humanidad durante el período de “Guerra Fría” entre Estados Unidos y la Unión Soviética.
Nunca antes el mundo había estado tan cerca de una destrucción de alcances impredecibles.
Se dice que después de los acontecimientos de Bahía de Cochinos, los servicios de inteligencia soviéticos le informaron al gobierno cubano que Estados Unidos preparaba una invasión militar directa a la isla.
Ante la grave amenaza, Fidel Castro acordó con el líder soviético de ese momento, Nikita Jrushchov, la instalación en Cuba de una plataforma de misiles con cabezas nucleares. Al parecer, los soviéticos subestimaban la capacidad de los servicios de inteligencia de los Estados Unidos, que con sus aviones espías U-2 no tardaron en detectar la presencia de las bases de misiles en Cuba.
ESTALLIDO DE LA CRISIS
Cuenta la historia que analistas de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) le informaron al entonces presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy, que fotografías hechas en Cuba parecían corresponder a instalaciones de misiles tácticos, lo cual significó para el gobierno estadounidense una preocupación sin precedentes.
El 22 de octubre de ese año (1962), el presidente Kennedy dirigió un discurso televisado al pueblo estadounidense, en el que habló de la urgencia de establecer un «cerco naval» alrededor de la isla de Cuba, lo cual fue realizado de inmediato.
Enterado del anuncio de Kennedy, Nikita Jrushchov le dirigió un mensaje al mandatario estadounidense señalando lo siguiente: “La URSS ve el bloqueo a Cuba como una agresión, y no instruirá a los barcos que se desvíen”.
Pero no obstante esta advertencia, los buques soviéticos disminuyeron la velocidad en su desplazamiento hacia Cuba, mientras se abría la posibilidad de una negociación entre las dos superpotencias hegemónicas del planeta en ese momento.
Durante las primeras horas de negociaciones, la posición estadounidense se enfrentaba a la soviética, y la perspectiva de una guerra abierta entre ambos bloques parecía cercana.
NIKITA PROPONE ACUERDO
Sin embargo, la situación comenzó a tomar otro rumbo a partir del 26 de octubre, cuando Nikita Jruschov le envió a Kennedy un mensaje personal en el que proponía que llegaran a un acuerdo: los buques soviéticos serían retirados si el gobierno estadounidense hacía una declaración pública renunciando a cualquier otro posible intento por derrocar a la Revolución Cubana.
El sábado 27 de octubre, la defensa antiaérea soviética estacionada en Cuba derribó, con un misil tierra-aire, un avión estadounidense que espiaba el oriente cubano, lo que aumentó aún más la tensión.
Los diplomáticos soviéticos y estadounidenses realizaron urgentes negociaciones en Washington y Moscú para solucionar la peligrosa crisis.
Pero, curiosamente, Cuba no fue tomada en cuenta para nada en las negociaciones entre Estados Unidos y la Unión Soviética para solucionar la crisis, algo que posteriormente provocó fricciones en la relación entre Fidel Castro y Nikita Jruschov.
Finalmente, las dos superpotencias que dominaban el planeta arribaron a un acuerdo bilateral a través del cual le pusieron fin a la famosa “Crisis de los misiles”, sin que ninguna de las dos partes envueltas en el delicado conflicto diera muestra de derrota.
¡Así se manejan las potencias!
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