Por Federico cabrera
SANTO DOMINGO, REP. DOM. Jean Pierre Boyer, Charles Herrard, Philippe Guerrier, Jean-Louis Pierrot, Jean-Baptiste Riché y Faustin Soulouque fueron los gobernantes de Haití entre 1838 y 1856.
En 1838, Juan Pablo Duarte fundó la sociedad secreta “La Trinitaria” con el propósito de liberar a la nación dominicana del dominio haitiano, para lo cual fue necesario hacer una guerra que inició en 1844 y se prolongó hasta 1856, año en que se produjeron las últimas batallas entre tropas dominicanas y tropas haitianas.
En 1843, estalló en Haití el movimiento revolucionario conocido como “La Reforma”, el cual dio al traste con el régimen brutal y despótico del general Boyer, quien fue sucedido en el poder por uno de sus principales lugartenientes, el también general Charles Riviere Herard AIné.
Duarte encabezó dicho movimiento en la ciudad de Santo Domingo, convirtiéndose en el líder político principal en ese momento y aprovechando la coyuntura para materializar en la parte Este de la isla la república libre, independiente y soberana por la que venía propugnando abiertamente desde hacía siete años.
Cuando el golpe de Estado contra Boyer estaba a punto de producirse, llegó a Puerto Príncipe la noticia de que la parte oriental de la isla intentaba independizarse de Haití.
A través de insistentes mensajes, las autoridades haitianas de la antigua colonia de Santo Domingo le pidieron a Herard que acudiera a la parte Este con un contingente militar para arrestar a Duarte y los integrantes de La Trinitaria.
Así las cosas, en julio de 1843, Hérard emprendió la marcha hacia la parte oriental de la isla al frente de un poderoso ejército, y a lo largo de su recorrido apresó a numerosos dominicanos bajo la acusación de traición, y los envió a Puerto Príncipe.
El objetivo de Herard era arrestar a Duarte y desarticular el movimiento separatista que éste había creado. Para evadir el arresto, Duarte abandonó la isla de manera clandestina y se fue a Curazao, desde donde siguió coordinando el movimiento separatista.
En ausencia de Duarte, uno de sus discípulos más fieles y más valientes, llamado Francisco del Rosario Sánchez, tomó las riendas del movimiento y realizó una alianza con el sector separatista conservador encabezado por Tomás Bobadilla y Buenaventura Báez, surgiendo así el Manifiesto del 16 de enero de 1844.
De manera, pues, que la aparatosa incursión de Herard no impidió que los trinitarios declarasen la creación de una república independiente en la parte oriental de la isla, lo que ocurrió el 27 de febrero 1844.
NUEVA INCURSIÓN DE CHARLES HERARD
Como reacción al pronunciamiento de los pueblos de la parte Este de la isla, el general Charles Hérard, que se había alzado con el poder en Haití, puso a su ejército en pie de guerra contra la recién proclamada República Dominicana.
El 14 de marzo de 1844, Herard lanzó una dramática y vehemente proclama en la que llamó a los dominicanos a regresar al seno de Haití o exponerse a fuerte castigo. En efecto, el arrogante gobernante haitiano atravesó la “frontera” a mediados de marzo de 1844, y el día 18 llegó las cercanías de la ciudad de Azua, donde al día siguiente se produjo una de las principales funciones de armas de la gesta independentista.
El 30 de marzo siguiente, se libró en Santiago de los Caballeros una nueva batalla, esta vez contra las tropas que encabezaba el poderoso general norteño Jean-Louis Pierrot, quien luego llegó a ser presidente de Haití.
CAÍDA DE CHARLES HERARD
Sucedió, sin embargo, que en Puerto Príncipe, la capital de Haití, los boyeristas se nuclearon alrededor del general Phillippe Guerrier, quien después de un golpe de Estado fue proclamado presidente de Haití.
Lógicamente, Guerrier sustituyó en el cargo al general Charles Herard, quien aún estaba en la ciudad de Azua preparándose para seguir su ruta hacia Santo Domingo, capital de la recién creada República Dominicana.
Pero ocurrió que Guerrier murió el 15 de abril de 1845, siendo sustituido al día siguiente por el general Jean Louis Pierrot, quien gobernó Haití con manos de hierro desde la ciudad de Cabo Haitiano, ubicada en el norte del país.
Una vez en el poder, Pierrot hizo pública su intención de reconquistar para Haití la parte oriental de la isla, propósito que fue derrotado por los dominicanos.
DERROCAMIENTO DE PIERROT Y ASCENSO DE FAUSTIN SOULOUQUE
Mientras Pierrot se obstinaba en reconquistar la parte Este, en Puerto Príncipe aumentaba el disgusto por el destino que el mandatario le había dado a la ciudad, al trasladar el gobierno para Cabo Haitiano.
Tras producirse enfrentamientos internos, el 1 de marzo de 1846 el general Jean-Baptiste Riché fue proclamado presidente de Haití, en sustitución de Pierrot.
Pero la suerte no acompañó a Riché, quien falleció en febrero de 1847, siendo reemplazado como presidente por el tristemente célebre Faustin Soulouque, quien un tiempo después se hizo proclamar emperador de Haití con pretensión de dominar la isla entera.
Soulouque invadió la República Dominicana en 1849 y 1855, siendo derrotado en El Número, Las Carreras, Cambronal, Santomé, Sabana Larga y Jacuba, con lo que quedó sellada la victoria de los dominicanos y consolidada la independencia nacional.